Poesías, mayos e himnos

Bello pensil en lirios esmaltado
que anegas este barrio en alegría;
caudal de viva fe y de valentía,
en amor al Maestro trastocado.

Fulgor de ciego sol santificado
por el odio implacable, que fluía
de la horda pagana, en rebeldía
contra tu celo, en Cristo cristianado.

Abraza el corazón que embelesaste
y arrúllalo junto a tu dulce seno,
tornando en mi la sangre que expiaste

en viático vital, firme y sereno
y en luz a los que eterna paz mediaste,
que a amarte me enseñaron tan sin freno.

Félix Tornero Calzas, abril 2008

Echemos requiebros mil
y digamos con el alma:
Quiteria lleva la palma en el barrio de San Gil,
Quiteria es la blanca aurora,
que alumbra el campo de flores
y le da a los labradores
vienes como protectora.
Estando Quiteria orando,
en los montes de Toledo,
Germán con su escuadron llega
y de esta manera le habla:
– Quiteria tu mismo padre para buscarte me manda, quiere que mi esposa seas,
cosa en mi muy deseada.
-¿Yo tu esposa? contestó con dulcisimas palabras.
-No lo seré, y moriré por defender la ley santa.
-¡Dame los brazos Quiteria!
-Quítate de ahi monstruo horrendo,
porque yo estoy desposada con el hijo del
eterno, con mi Dios, con mi Señor
y por ti ese no dejo.
-Lo dejarás y si no con esta espada de acero,
daré fin a tu carrera y a tu grande atrevimiento.
-Ya me tienes a tus plantas la cabeza te la entrego,
corta el hilo de mi vida que me detiene a ir al cielo,
tu esposa yo no e de ser aunque en pedazos pequeños.
-¡Calla! hipócrita embustera,
aborto del mismo infierno,
ahora veras si tu esposo
te libera de este acero.
Y le dió tal cuchillada que la cabeza quedó de su cuerpo separada,
y vino un ángel diciendole:
Esposa de Jesucristo, levantate de ese suelo y cogiendo tu cabeza
camina a tomar el premio y corona del martirio.

Santa Quiteria, la Iberia, rosa fina del persil,
azucena de la Iberia y lirio del mes de Abril.

(Dictadas por Quiteria Cézar Corpa)

Te saludo virgen y mártir Quiteria
Bella como la aurora matutina,
Dulce, como el consuelo en la desgracia,
Pura como de Dios la luz divina.
¡Hermosura de la Pascua!
Del mísero afligido eres consuelo,
¿Quién que conoce tu dulce amor,
quién no confía?
Infinita fuente de ternura,
Árbol frondoso de alegría.
Casta fertilidad,
Eterna pureza y lozanía,
Eterna sonrisa y gentileza.
¡Hermosura de la Pascua!
Mira a este pueblo de Huete, a este barrio de San Gil,
De favor colmado por tu intercesión,
Con qué devoción agradecida miran tus devotos
tan feliz prestigio como el prodigio de tu santa protección.
Místico emblema de nuestras almas,
enciéndenos de piedad cristiana y caridad.
Tú que eres de la virtud maestra,
enséñanos a testimoniar con nuestra vida el Evangelio.
Que aprendiendo de tu ejemplo nuestra fe reviva,
el hombre viejo se renueve.
Se fortifique lo débil,
Se restaure lo que está destruido
Y lo perfecto mejore.
Te imploramos, ¡Hermosura de la Pascua! para que seas:
Lámpara en nuestras oscuridades
Guía de nuestro camino
Riqueza en nuestra miseria
Alivio en nuestros dolores
Y esperanza de salvación para todos.
¡Hermosura de la Pascua!
Mira a este barrio que tu nombre gozoso aclama
Y por eso orgulloso te invoca, virgen y mártir Quiteria,
A ti por siempre gloria eterna y alabanza.

Fr. José Alfredo Fuente Bermejo
Monje de Santo Domingo de Silos

¡Virgen y mártir Sta. Quiteria!,

centro de nuestros cariños y blanco de nuestra esperanza:
bien conoces el ardiente amor que hacia ti sentimos todos,
los que, criados a la sombra de tu protección,
llevamos grabados en el pecho tu nombre, y en la memoria y el corazón,
los beneficios de que nos has colmado.
Aquí nos tienes, pues, poderosa Santa.

Reconocemos tus bondades y las agradecemos con fervor.
No ceses de volver los ojos hacia nosotros,
y seguid amparando nuestras vidas,
nuestros campos, nuestros hogares.

Aleja de nosotros todos los males como has sabido hacerlo otras veces,
llena nuestras casas de alegría y bienestar, y sobre todo,
líbranos del peor de todos los males como es el pecado.

Enséñanos a vivir y ser testigos de la fe,
la esperanza y el amor que hacen realidad entre nosotros un mundo de hermanos,
hijos de un mismo Padre.

Bendícenos, a cuantos te invocamos,
y desde ese altar de la Ermita de San Gil,
y desde el Cielo, sigue extendiendo siempre sobre nosotros tu manto protector,
y no nos olvides especialmente en la hora de nuestra muerta.

Amen.

(Del programa de fiestas de 1997)

A la virgen bella
que es nuestra patrona
te queremos todos
por ser vencedora.

Por ser vencedora
con tu gran pureza
por eso Germano
cortó tu cabeza.

Cortó tu cabeza
azucena blanca
reina de este barrio
y adorada Santa.

Adorada Santa
virgen de San Gil
esposa de Cristo
hermoso jazmín.

Hermosos jazmín.
tu diste la vida
por eso cantamos
esta melodía.

Esta melodía
que en sus notas suaves
relatan tu vida
¡Oh! Virgen y mártir.

¡Oh! Virgen y mártir
ya nos despedimos
te adoramos tanto
como vos a Cristo.

Como vos a Cristo
hasta el próximo año
que volvamos todos
¡Oh! Santa Quiteria
virgen yo te adoro.

Mayos compuestos por Mª de las Mercedes Pérez (20 de abril de 1985)

Letra: Frases de sus gozos.
Música: Jesús Cea (Segovia)

CORO
Eres pura e inocente
Virgen y Mártir gloriosa
Sé, Quiteria bondadosa
Con tus devotos clemente.

En la pila bautizada
Y en la Santa Fe instruida
Y en la aurora de tu vida
Fuiste ya privilegiada.
De la virtud de tu frente
Luz brillaba esplendorosa
En el ameno jardín
De la religión cristiana
Creciste cual rosa ufana
Y primoroso jazmín;
Pronto al Dios Omnipotente
Te ofreciste por esposa.
(al coro)

Si en la tierra fuiste bella
Y el mundo te aclamó Santa
Hoy es ya tu gloria tanta
Que eres del Cielo una Estrella
Del fulgor más esplendente
La más encendida rosa.
Por eso el mundo te aclama
Y te ofrece dones mil
Y este barrio de San Gil
Su protectora te llama;
Tú serás constantemente
Su patrona generosa.
(al coro y fin)

Este himno fue compuesto por Jesús Cea, teniente músico de la
“Banda del Regimiento de Artillería de Segovia”. Fue estrenado
en Huete, en la Merced, en la función a Santa Quiteria, el 22 de mayo
de 1.958. El coro estuvo formado por músicos y optenses “quiterios.
(Transcripción de Pedro Martínez)